Debido
a los factores de automatización el ser humano respira solo lo necesario para
subsistir sin darse cuenta de que en la respiración se oculta una increíble
fuerza vital que nos ayudaría a revitalizar nuestro cuerpo, avanzar más rápido,
crecer con más facilidad, pensar mejor, memorizar mejor, traernos un bienestar,
... etc. Y ni que decir tiene que incluso nos evitaría muchas de las
enfermedades a las que estamos acostumbrados a sufrir.
Por
ello hay que aprender a respirar con tres puntos principales: el
abdomen, el tórax y la clavícula.
Respiración abdominal:
Sitúa
tus manos sobre tu parte abdominal e intenta inflar la barriga como si tuvieras
una pelota mediante la inspiración. Después mediante la espiración desinfla esa
pelota lentamente.
Respiración torácica:
Sitúa
tus manos sobre tu tórax en el pecho y mientras inspiras comprueba que la zona
pulmonar se ensancha y sale hacia afuera y que mientras espiras vuelve a su
posición original.
Respiración clavicular:
Posa
tus manos sobre la clavícula un poco por encima de tu pecho y observa como al
inspirar esa zona se sube y al espirar se baja. Una vez que te hayas
familiarizado con cada tipo de respiración.
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