"El tema de Pedro y el
Capitán lo pensé inicialmente como una novela, e incluso le había puesto
título: El cepo. Recuerdo que en un reportaje que en 1974 me hizo el crítico
uruguayo Jorge Ruffinelli, como él me preguntara sobre mis proyectos literarios
de entonces, le hablé justamente de una eventual futura novela, llamada El
cepo, y le dije, más o menos: "Va a ser una larga conversación entre un
torturador y un torturado, en la que la tortura no estará presente como tal,
aunque sí como la gran sombra que pesa sobre el diálogo. Pienso tomar al
torturador y al torturado no sólo en la prisión o en el cuartel, sino mezclados
con la vida particular de cada uno." Bueno, pues eso es en realidad Pedro
y el Capitán. Yo definiría la pieza como una indagación dramática en la
psicología de un torturador. Algo así como la respuesta a por qué, mediante qué
proceso, un ser normal puede convertirse en un torturador."
SINOPSIS
PEDRO y EL CAPITÁN es una larga
conversación entre un torturador y un torturado, en la que la tortura no estará
presente como tal, aunque sí como la gran sombra que pesa sobre el diálogo.
No es el
enfrentamiento de un monstruo y un santo, sino de dos hombres, dos seres de
carne y hueso, ambos con zonas de vulnerabilidad y de resistencia.
El torturado no es
sólo una víctima indefensa, condenada a la inevitable derrota, si no que puede
ser un hombre que derrota al poder, un hombre que usa su silencio como un escudo y su negativa como un arma, un
hombre que prefiere la muerte a la traición.
La verdadera tensión dramática no está
en el diálogo sino en el interior de uno de los personajes: el Capitán.
Pedro es simplemente un preso político
de izquierda que no delata a nadie, y que termina humillando a su interrogador,
venciéndolo mientras agoniza.
“No estoy por una literatura derrotista y
lloriqueante,
destinados a inspirar lástima y conmiseración.
Tenemos que recuperar la objetividad, como una
de las formas
de recuperar
la verdad,
y
tenemos que recuperar la verdad como una de las formas
de merecer la victoria.”
Mario Benedetti
PROGRAMA
Extracto de.... Hombre preso que mira a su hijo
Una cosa es morirse de
dolor
y otra cosa es morirse de verguenza.
y otra cosa es morirse de verguenza.
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.
Aquí lloramos todos.
Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.
Gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.
Llora
pero no olvides
Mario Benedetti
No hay comentarios:
Publicar un comentario